La Caída de Daenor


El fin de una historia lejana en el mundo. El fin de un héroe en el oscuro Bosque Negro.


Y el deiforme Daenor, caía por el gran golpe, inferido por aquel al que se le llamaba amigo. Por su mente pasaban a grandes velocidades tantas imágenes, tantas palabras. Tanta gente en indescriptibles segundos: Su infancia en Edoras fue lo primero, sus padres, su hermano tan querido, su familia, sus hijos en joven crecimiento. Todo ello, perdiéndose para siempre. Y seguía cayendo.

 

La mente de aquel enano, alguna vez llamado amigo, hoy pervertida por quien sabe que poder maligno habia planeado esto desde hacia mucho, pero nunca lo había logrado. Sin embargo, movido por un poder desconocido (pues el Bosque Negro, aun despues dela caida del nigromante, seguia teniendo esa extrañeza en el aire), su gran hacha habia blandido contra el mago, depositando la furia de muchos años, promoviendo maldad en todo su ser. Mateo, el gran enano de las profundidades de las Colinas de Hierro había caído bajo el yugo de la envidia, de la maldad y el poder, la rebeldía y la inconciencia.

 

La gran araña atacaba, en ese instante, al valeroso hobbit y adormecido por sus venenos, no pudo despedir salvadora saeta, y la noche cubrió sus ojos, pues otra alimaña, ay! tan espantosa como la primera, cayo también sobre él. En medio de la oscuridad todos intentaron socorrerlo, pero ni su hermano Hermes, gran lanzador de agujas, pudo contener la ferocidad de aquellas bestias.

 

El Bosque negro se llenaba de sangre, el grito de dolor, de muerte, atrajo a los elfos, que en sus dominios estaban. Aquellos al llegar, dispersaron a las bestias, pero también presenciaron el traicionero ataque de Mateo. Con sus largas flechas apuntáronle, y así el traidor, no pudo realizar movimiento alguno, ni planear salvador escape.

 

Llego a tocar el suelo, mas ya no pudieron salvarlo, pues esa atroz herida lo mataba. Daenor miraba por última vez a sus amigos, quienes miraban atónitos la caída de un héroe. Cinco veces se había salvado este de la muerte. Sin embargo, esta vez, las negra parca lo alcanzo, y riendo se llevo su alma.

 

Mas no desesperes, atento lector, pues el hado del destino no quiso, que tal héroe quedara olvidado. Los tiempos venideros traeran de vuelta aquel alma en pena, para volverla nuevamente mortal, para que la carne renueve sus fuerzas y su magia, su poder... y su terror...